
El concepto de Transparencia ha variado a lo largo del tiempo. En un principio, los ordenadores sólo podían ser manejados por personas expertas que consideraban que la máquina era transparente ya que podían entrar dentro del cerebro del ordenador. Es por esto que las primeras interfaces gráficas, al cubrir las operaciones de las máquinas, eran vistas como opacas.
Por otro lado, Macintosh interpretaba la transparencia como la posibilidad de ver sus documentos y programas representados por íconos de fácil interpretación, y estéticamente atractivos.
Hoy en día cuando se habla de una interfaz transparente se refiere a un dispositivo que, a través de la manipulación de objetos virtuales, nos premite realizar una tarea sin tener que operar en los niveles inferiores de funcionamiento de la máquina, es decir, es aquella en la cual el usuario se olvida de la interfáz y se concentra en el trabajo que debe realizar.
La evolución de la tecnología logró que la máquina pueda ocultar sus diferentes dispositivos y engranages. Por lo tanto se crea la ilusión de que éstas máquinas poseen un carácter de autosuficiencia y autonomía. Sin embargo Scolari considera que en realidad tal transparencia no existe. “A pesar de lo que sostienen numerosos diseñadores e investigadores -explica Scolari-, la interacción con las máquinas digitales está lejos de ser una actividad automática, natural y transparente”
No hay comentarios:
Publicar un comentario