«...si a uno le llama la atención una metáfora [...], quiere decir que ha fracasado, porque cuando las cosas salen bien no se notan.»
Jorge L. Borges
Toda metáfora implica la búsqueda de un modelo en otro lado, el cual nos permita construir una explicación o encontrar el sentido de aquello que nos resulta inexplicable. Cuando las metáforas logran dar coherencia a un discurso, se constituyen en dispositivos eficaces de persuasión. En la medida en que el funcionamiento de dicha metáfora sea menos percibido por el usuario, mayor será la efectividad de la misma. Las metáforas son aquellas que nos dicen qué hacer, qué ver, qué sentir y de qué modo debemos hacerlo. De alguna manera, también, nos marcan un modo de pensar; porque no solo nos facilitan algunas tareas, sino que, al establecer un modo, nos están restringiendo otros. Cada metáfora inspira un modelo y delimita un campo especifico. Por esto, algunos - Carlos Scolari entre ellos- ponen en duda la transparencia y la naturalidad de las metáforas.
En el campo de la informática encontramos miles de ejemplos de metáforas; por ejemplo, el virus, la ventana, el menú, el ratón, entre otros. A través de las metáforas, podemos entender el comportamiento y las propiedades del objeto, en este caso, la interfaz que nos es presentada. Las metáforas plantean objetos que no existen físicamente, son una lógica de simulación completamente necesaria para que la apropiación sea más fácil y simple. Es aquello que nos permite apropiarnos del objeto tecnológico en cuestión. Pero para que el hombre pueda apropiarse de la interfaz es necesario que esté en tiempo real, de esta manera, permite la interacción hombre-máquina.
El mundo de las metáforas
Publicado por
María Celeste Buosi, Josefina Sastre y Gabriela Lichowski
Etiquetas:
apropiación,
interfaz,
manipulación,
metáfora,
transparencia
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