Transparencia de las metáforas

Una metáfora ofrece siempre una visión parcial de un objeto. No todas las metáforas, por más que iluminen alguna propiedad del concepto metaforizado, son igualmente claras. Es decir, que existen metáforas que revelan más o esconden menos que otras.
A pesar de que la metáfora instrumental nos genera herramientas útiles que extienden nuestros órganos hasta hacerlos entrar en la pantalla para manipular objetos, también nos limita la reflexión sobre la interacción con los ordenadores. De esta manera, el usuario toma una actitud pasiva frente a este tipo de interactividad. Por esto, Carlos Scolari sostiene que la metáfora instrumental “…se ha convertido a estas alturas en una barrera epistemológica que frena el desarrollo de una teoría de la interacción.” Este modelo instrumentalista oculta la interacción.
Por otro lado, la metáfora de la conversación también pone en duda la transparencia de sus fines. Esta metáfora involucra (en oposición a la instrumental) un intercambio entre dos identidades simuladas. Este diálogo que se da entre un usuario y un ordenador niega la idea de pasividad por parte de los participantes pero la realidad es que este diálogo no es más que una ilusión: el ordenador es solo un producto de diseñadores y teóricos que aplican esta metáfora. Por lo tanto, el usuario no dialoga directamente con el ordenador ni con los objetos representados en la pantalla, sino con el simulacro del diseñador.Cada vez que ocurre algún problema durante la conversación entre los dos participantes siempre se tiende a culpar al ordenador. De esta manera, este último lo que hace es ocultar la figura del diseñador. La ilusión de la manipulación directa de los objetos que el usuario cree tener no es nada más que eso, una ilusión. Detrás de la naturalidad simulada del proceso de interacción se tiende a ocultar el engaño interactivo.
La metáfora superficial hace creer al usuario que puede manipular directamente objetos en la pantalla pero lo que realmente hace es traducir los gestos y acciones en un lenguaje entendible para el ordenador. Se esconde lo que está pasando dentro de la computadora.
A estas tres metáforas se opone la metáfora espacial: según Scolari, ésta es la que más ilumina los aspectos de la interacción con las computadoras. La metáfora espacial no solo se trata de un lugar sino que es una zona que no existe a menos que el usuario la haga funcionar, es decir que es totalmente dependiente y es por eso que es la más natural de las metáforas.

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